8/9/09

No más Quimeras.

La verdad es que estaba yo tan emocionado, una cita con la chica de los sueños de ultimamente. Y para mejorar la situación, el ambiente sería completamente surrealista y eso a ella la emocionaba hasta limites insospechados. Además llovería (tal vez hasta yo vería algo) y es sabido que el cielo nublado invita al romance o al fracaso; yo estaba seguro de que sería romance, pero ¡oh hado deleznable! me estrellaste el fracaso en mi cara de sujeto sin ninguna pista ni dirección (léase imbécil).

Los sueños habitaban mi cursi cabeza desde que el encuentro había sido pactado. Se formaban fabulosas quimeras de las que no tenía porque temer; eran maravillosos seres alados que me transportaban a paraísos del contacto sensual.

Ah, pero no contaba yo con que las quimeras siempre muerden la mano que las crea; y estas por supuesto no serían la excepción. La situación se volvió algo que no esperaba. Sueños rotos por el peso de la realidad deseosa de atención (cual niña de padres divorciados, donde yo soy la madre, el padre y estoy escindido).

En fin, el punto nunca es contar las desgracias (eso será para otro post titulado "memorias de un casanova frustrado"). Lo que buscaba yo al publicar esto (de carácter tan biográfico que me da asco, espero no tener que hacerlo muy seguido)es hacer un intento de adiós a mis afanes de ilusiones rápidas.

Quiero yo despedirme de mis quimeras, infieles mascotas que se resisten a hacerme caso. El problema es que sé que está en mi naturaleza invertir en ellas. Lo único que me queda hacer es rezar porque el número no aumente. No más quimeras por favor, ya no queda espacio para ellas.

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